


Nuestra Historia
Esta historia no comenzó conmigo.
Comenzó con mis abuelos, quienes sin redes ni títulos, dedicaban sus días a ayudar a quienes lo necesitaban. Sus actos de servicio nacían del corazón, y su mayor riqueza era ver sonreír al otro.
Mis padres heredaron esa pasión. Vi cómo, incluso en medio de dificultades, nunca dejaron de apoyar, escuchar, consolar y motivar a otros. Aprendí que el verdadero éxito no está en lo que tienes, sino en lo que das.
Ese fuego también vive en mí.
Hoy, a través de Luz y Vida Internacional, honro ese linaje y lo transformó en una misión clara: ayudar a otros a despertar, sanar y reconectar con su propósito.
Con esfuerzo, disciplina y mucha fe, hemos construido un puente entre generaciones. Una comunidad donde lo ancestral se une con herramientas actuales para guiar a quienes se sienten estancados o perdidos.
Lo que hacemos llama la atención porque lo hacemos con amor. Porque somos testimonio de que ayudar transforma.
Nuestra historia está tejida con compromiso, perseverancia y una profunda convicción: servir es nuestra forma de vivir.
Y apenas estamos comenzando.
Este es un legado que no se detiene, porque la luz que se enciende en el alma… nunca se apaga.
“Mi propósito es honrar el legado de servicio de mi familia, guiando a las personas a sanar, despertar y reconectar con su esencia. A través del amor, la escucha y el acompañamiento espiritual, inspiro a otros a salir del estancamiento, recuperar su luz y transformar su vida con propósito. Mi misión es sembrar esperanza y dejar huella en cada generación que busca una nueva forma de vivir desde el alma.”